El pasado sábado 25 de noviembre volvimos a visitar Bodega Sierra Oriental, ubicada en el Paraje José Ignacio, en Maldonado.
El año pasado la visitamos por primera vez y fue una de las experiencias más especiales que hemos vivido en casi 9 de años de recorrer las distintas bodegas del Uruguay.
¡Así que este año no veíamos la hora de repetir la experiencia!
Un poco historia sobre la bodega:
Desde adolescente, Rodrigo Diz, en la década del 80, miraba desde las Playas de José Ignacio a las sierras que se veían tierra adentro en el horizonte y como en Galicia o Toscana, se imaginaba tener allí un campo y combinar mar y sierras, nadar y cabalgar.
En el año 2003 se hizo realidad ese sueño cuando conoció lo que hoy es el Establecimiento La Oriental en el Paraje José Ignacio y allí en 2004 plantó 12.000 Olivares y en 2005, 7 hectáreas de viñedos:
Tannat, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot.
En 2011 planta las primeras cepas blancas: Sauvignon Blanc, Sauvignon Gris y Pinot Grigio, como así también uno de sus tintos favoritos, Sangiovesse.
En el 2015 inaugura la bodega en el mismo predio con maquinaria y tanque traídos de la Toscana Italiana.
Hoy sus vinos han ganado dos veces el premio más importante en la Competencia Internacional "Tannat al Mundo" y 7 puntajes sobre 90 en publicaciones internacionales.
Al llegar a la bodega, luego de atravesar hermosos paisajes entre las sierras, fuimos recibidos personalmente su director, Rodrigo Diz. Junto a él recorreremos la viña, la bodega y conocimos de primera mano toda la historia y pasión que está detrás de este increíble lugar.
Luego, en la galería de su casa con increíbles vistas, disfrutaremos de un exquisito almuerzo a cargo del equipo de Ludmila Montoya, que cocinó en vivo para nosotros, cada plato una delicia tras otra, que acompañamos excelentemente bien con los vinos de la bodega, que Rodrigo generosamente nos iba sirviendo y explicando sobre cada uno.
Teníamos las expectativas altísimas luego de la experiencia increíble del año pasado, y la verdad es que fueron superadas ampliamente.
Visitar una bodega donde es el propio dueño que te recibe en su casa, que organiza y prepara personalmente la visita y te hace sentir como parte de su familia, no tiene comparación con nada. Y si a eso le sumamos un lugar que te transporta la Toscana Italiana, exquisita gastronomía y vinos de primera, es una experiencia que es difícil de olvidar.
Además, como si todo lo anterior ya no fuera suficientemente bueno, se sumó un día con un clima bendecido y lo más importante, un grupo humano maravilloso que nos acompañó, con ganas de disfrutar y una excelente energía, que hicieron posible un día memorable.
Gracias Rodrigo Diz por ser un anfitrión con mayúsculas, a todo el equipo de Ludmila Montoya por la excelente gastronomía y a todos los que se sumaron a esta propuesta, agotando los lugares en menos de 24 horas.
Somos muy afortunados de tener la oportunidad de vivir y compartir días como estos.
GRACIAS!
Foto: Tavis Davidson
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